¿Quieres ser Dj? 12 consejos básicos para labrarte una carrera en la música

Si realmente te has propuesto ser Dj o productor de música electrónica, hoy tenemos el honor de compartir un artículo que seguro ayudará a arrojar algo de luz sobre todos aquellos cuyo mayor deseo es labrarse un futuro dentro de la escena. Un maravilloso artículo firmado en exclusiva para EDMred por Ibai Cereijo, director de Woo Media, una de las agencias de comunicación musical más importantes del país

En nuestro país hay miles de jóvenes amantes de la música electrónica que aspiran a ser DJ profesional el día de mañana. ¿Es posible o es un sueño sólo al alcance de unos pocos? Labrarse una carrera en la música es difícil, pero no imposible. Con la dosis necesaria de talento, estrategia e insistencia, las probabilidades de éxito aumentan enormemente. Ibai Cereijo, director de la agencia de comunicación musical Woo Media, lleva años asesorando a los principales festivales de nuestro país, artistas y sellos discográficos que buscan hacerse un hueco en la escena musical. ¿Qué consejos les da para hacer realidad sus ambiciones?

No temas ser demasiado ambicioso. Pero no alcanzarás tu sueño mañana, ni pasado. Por eso, tienes que marcarte un itinerario con los hitos que deberás alcanzar a corto, medio y largo plazo. Identificar y poner en orden estas metas intermedias te ayudará a saber por dónde empezar, cuáles son los siguientes retos y qué recursos tienes (o te faltan) para afrontarlos. Quizás dibujando este mapa sobre el papel detectes que careces de la formación musical suficiente, que necesitas un compañero en esta aventura, o que te vendría bien disponer de ahorros para invertir en promoción… Tu viaje nunca será como has previsto, pero este ejercicio será una brújula que te marcará hacia dónde caminar.

Tu identidad como persona es una cosa, pero como músico, banda, DJ o productor tienes que ser consciente de que vas a entrar en un mercado donde se compra y se vende, en este caso, un producto cultural. Define al detalle tu posicionamiento musical, tu sonido, tu estilo, tu imagen, tu forma de relacionarte con el público, tu relato creativo y emocional… ¡Y tu nombre artístico! Diseña una marca atractiva, pero que puedas sostener con las virtudes y los recursos con que cuentas como persona o colectivo. Toma estas decisiones con cuidado, porque trabajar para levantar una marca y luego abandonarla es una de las experiencias más frustrantes que existe.

La explosión comercial de la música electrónica ha creado el espejismo de que cualquier joven con 17 años, buena imagen y gracia a la hora de levantar los brazos puede ser Dj y conquistar el mundo. En esta trampa caen miles de jóvenes con buenas intenciones, y muchos acaban frustrados al verse incapaces de emular a Martin Garrix. Mi consejo es: ¡Mátate a estudiar! Aprende un instrumento, cursa enseñanzas superiores de música, busca las mejores academias aquí y en el extranjero… También deberías saber inglés a la perfección, y quizás marketing, empresariales o comunicación audiovisual. Con todo este bagaje, podrás buscar acomodo en las bambalinas de la industria musical si tu Plan A falla.

En épocas anteriores, los managers se desesperaban porque los artistas sólo querían componer y tocar, y nunca tenían ganas de entrevistas o promociones. Hoy, muchos representantes se pasan el día suplicando a sus chicos que apaguen el Instagram… ¡Y que hagan música, por favor! Por ridículo que resulte, en estos días es necesario reafirmar este principio: para hacer carrera en la música, ¡hay que crear música!. Y no sólo eso: ha de ser música de calidad, diferente y disruptiva. Cambiarte el peinado cada semana te proporcionará likes, pero no te conducirá al éxito. Si no tienes al menos una docena de proyectos de audio inacabados en tu estación de trabajo digital, no lo estás pillando.

Si quieres progresar, debes salir de tu burbuja, combatir tus complejos y mostrar tu mejor faceta de relaciones públicas. El inicio de una carrera no es momento para la soberbia. Necesitas salir ahí fuera, conocer a la gente que ya está en el mercado y presentarle tu proyecto: promotores de eventos, representantes, label managers, líderes de la industria, periodistas, críticos, influencers, otros artistas… Establece relaciones basadas en el respeto, el agradecimiento, la creación de valor y el talento. Nadie te debe nada, por muy bueno que seas en lo tuyo. Encaja las calabazas con deportividad y sigue adelante, según tu plan de carrera.

Si miras a tu alrededor, verás a decenas de artistas en el mismo nivel de carrera que tú. Ellos son tus aliados, no tus competidores. Seguramente tu deseo es lanzar una colaboración discográfica con Paco Osuna o Hardwell, pero es probable que no pase; al menos, a corto plazo. Alíate con gente de tu misma generación, y con quien compartas sensibilidades y sueños similares. Unid fuerzas para formar una comunidad, un colectivo o un movimiento que os beneficie a todos. Vuestra cooperación puede consistir en un sello discográfico, producciones conjuntas, eventos compartidos o una fiesta periódica. Ten una actitud abierta: comparte todo lo que sabes, y aprende todo lo que otros tengan para enseñarte.

No te desanimes con tus primeros fiascos, que los tendrás. La mayoría de artistas que admiras triunfaron al cabo de una docena de desatinos o tras toda una vida de resultados mediocres. Aunque tu proyecto debe ser adaptable, no cambies de nombre artístico, estilo musical o imagen a las primeras de cambio. La ecuación no es fácil: debes ser capaz de cambiar tu plan de carrera aprendiendo de los errores cometidos, pero sin caer en la tentación de reinventarlo todo cada año.

Tener una buena estrategia de comunicación es esencial para que tu talento se traduzca en visibilidad, atención y fans. Hoy, las redes sociales han simplificado muchísimo la fórmula para alcanzar a los amantes de tu estilo musical en todo el mundo. Sin embargo, el público es muy exigente, la competencia es feroz y hay demasiado ruido ambiental. Necesitas contar los pasos que vas dando en tu carrera con excelencia, regularidad y chispa. Diseña planes específicos para cada plataforma (Facebook, Instagram, Twitter, SoundCloud, YouTube, Email, Web, WhatsApp, prensa, etc.), elabora un calendario detallado de publicaciones y gástate dinero en buenos profesionales (fotógrafos, diseñadores gráficos, editores de vídeo, community managers, agentes de prensa, etc.).

Piénsalo bien. Instagram están lleno de jóvenes aspirantes a ser DJ fingiendo poses, enseñando tatuajes, luciendo marcas o enamorándose de sí mismos con cara de malotes, rollo gansta madafacka. ¿De verdad crees que esto te conducirá a algo? Lucir una imagen inspiradora y actual es fundamental en la era de las redes sociales, pero no te confundas: aunque es un complemento necesario, el foco del artista ha de ser la música. Esas fotos que publicas fingiendo ser Snoop Dogg en una bañera llena de billetes de 100 dólares, rodeado de botellas de Moët Chandon o fumando con el humo en la cara irradian falta de originalidad, ansiedad por el éxito rápido y carencia de un relato cultural propio.

Las redes sociales nos han metido a todos en un frenesí de tener que publicar algo todos los días. Así, el relato del artista se ha convertido en un goteo cotidiano de pequeñas historias. A veces echo de menos la dinámica de las bandas de rock en los años 80. Sólo sabías de ellas dos veces al año, pero cada aparición era memorable: un gran disco, un concierto gigantesco o una colaboración estelar. No te dejes agobiar por la exigencia de contar algo cada día y trabaja en algo grande. Embárcate en un proyecto cuya imagen quede grabada para siempre en la retina del público.

Como artista, es natural que estés inscrito en unas tendencias y que tu sonido pertenezca al tiempo en que vives. De hecho, si tu música sonase al siglo XVIII, estarías fuera del mercado. Sin embargo, tienes que hacer algo diferente para que valga la pena escucharte a ti en lugar de a los artistas que tú admiras. Si tienes un rasgo sonoro o una identidad artística propia, debes agudizarla para diferenciarte del resto: es un principio básico del marketing. Al principio parecerás un friki. Imagínate a Timmy Trumpet la primera vez que sacó su trompeta en medio de una sesión de electrónica… ¡Muchos se rieron! Hoy es uno de los DJ más singulares del circuito mundial.

Aunque tú creas que tus motivos sólo los conoces tú, ellos impregnarán todo lo que hagas. Si has elegido la música por vanidad, fama, dinero o por ligar más, tu proyecto va a tener un recorrido muy corto y, además, te rendirás ante las primeras dificultades. Sigue este consejo: el único motivo por el que dedicarte a la música es la pasión por la música. Conozco a jóvenes aspirantes a DJs a los que, en realidad, la música les da casi igual. No les gusta ni bailar. Sólo están en esto porque ser Dj es el icono popular del momento y eso les asegura adulación. Si no sientes verdadera pasión por la música de baile, sigue buscando hasta encontrar la tuya, y dedícate a ella.

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