A principios de este mes Tokio restringió la exportación a Corea del Sur de varios materiales clave para sus empresas líderes mundiales de electrónica y teléfonos inteligentes, incluyendo al líder del mercado, Samsung. La medida se tomó en respuesta a una decisión de un tribunal surcoreano que ordenó a las empresas japonesas, que utilizaron el trabajo forzoso durante la Segunda Guerra Mundial, que indemnizaran a las víctimas coreanas.
La decisión despertó preocupación internacional por el efecto en las cadenas mundiales de suministro de tecnología y la posibilidad de que aumentaran los precios para los consumidores de todo el mundo.
El Galaxy Fold de Samsung
Se encuentra entre los productos finales que se verán afectados, ya que depende de una película química producida por la empresa japonesa Sumitomo Chemical, dijo Tadashi Uno, de IHS Markit. Samsung había planeado lanzar el modelo plegable en abril, pero retrasó la fecha después de que se constataran problemas con la pantalla, pese a tan solo unos días de uso.
El gigante de los teléfonos inteligentes señaló que desde entonces ha hecho mejoras en el dispositivo. Samsung ha pasado casi ocho años desarrollando el Fold, en un esfuerzo por estimular la demanda y, potencialmente, revivir un sector que pugna por innovaciones.
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