Un Niño de 10 años, Todo un piloto de drones

droneAlejandro Zamora tiene la apariencia de un niño de su edad: delgado y nervioso, no llega al metro y medio. Le encanta jugar al videojuego de moda entre los jóvenes, el popular Fortnite, después de acudir a sus clases en la escuela de su pueblo, en Chillarón de Cuenca. No es mal estudiante, aunque la asignatura de inglés se le atraganta un poco más que las demás. La diferencia con el resto de sus compañeros es que Álex, en vez de ir a jugar al campo de fútbol de su pueblo los fines de semana, tiene su propio circuito de carreras de drones al lado de casa al que va a entrenar sábados y domingos. Porque este conquense, aparte de un niño que cursa cuarto de Primaria, es piloto profesional, y no uno cualquiera: a sus diez años ha conseguido colocarse cuarto en el ranking mundial en apenas dos años de andanza profesional.

El gusanillo de la velocidad se lo ha transmitido su padre, Benjamín Zamora, aficionado al aeromodelismo y el encargado de la puesta a punto de sus drones en la competición. El pequeño Álex le acompañaba a las exhibiciones, maravillado por lo que podían hacer aquellos aparatos. Por eso, hace un par de Navidades les pidió a los Reyes Magos un dron y Sus Majestades le concedieron el deseo. Su destreza aumentaba enteros según pasaban los meses y, en agosto de ese mismo año, sus padres decidieron comprarle uno más potente. A las dos semanas de caer en sus manos aquel artefacto, Álex se presentaba a su primera carrera profesional, el campeonato de España. Contra todo pronóstico, quedó primero, bautizándose como una de las promesas de la competición. Un año después ya estaba en el top cinco de los mejores pilotos de drones de carreras.

De cara al futuro, Álex se sigue viendo en el circuito profesional: No creo que me aburra. Mola mucho competir contra otros, relacionarme con ellos… esto me gusta. Y todos son amigos míos. También tiene claro lo que quiere conseguir un poco más allá de eso. De mayor quiero ser piloto de caza porque es estar dentro, no verlo por unas gafas. Suena la famosa canción de AC/DC, Thunderstruck, mientras los Wild Props se suben al escenario de las ventas para volar sus drones. Una vez que alzan el vuelo, el público olvida que son niños quienes manejan esos endiablados aparatos.

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0xhresult1994 Escrito por:

2 comentarios

  1. elois
    9 julio, 2018
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    Todo un prodigio la verdad

  2. Domingo
    10 julio, 2018
    Responder

    Manejar un Drone es lo máximo

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