Obras de De Kooning olvidadas

Cuando vemos este tipo de eventos en el cine, creemos que nunca podrá ser cierto en la vida real, hasta que lo vemos de esta manera:

64_lEl marchante de arte David Killen compró por 15.000 dólares en una subasta el contenido que había en el interior de un almacén en Nueva Jersey el año pasado. El almacén albergaba doscientas obras del estudio de un restaurador de arte, Orrin Riley, que falleció en 1986. Killen afirma a The New York Post que no esperaba encontrar en él nada fuera de lo común. Sin embargo, todo cambió cuando abrió la cerradura y descubrió que había unas cajas grandes en las que ponía Kooning. Y es que Riley trabajó en el departamento de restauración del Museo Guggenheim y después montó su propia empresa, en la que restauró varias obras de De Kooning.

Los responsables de la subasta pensaron que las obras etiquetadas con el nombre del pintor eran copias. Los cuadros no están firmados y la Fundación Willem de Kooning no los ha autentificado (tampoco ha querido hacer declaraciones). Así que Killen contrató a un experto, Lawrence Castagna, que trabajó para Riley, De Kooning y su mujer. Este especialista afirmaba a The New York Post que, «en mi opinión, son (de Willem de Kooning) no tengo ninguna duda.

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Castagna fechó estos nuevos trabajos descubiertos en la década de los setenta. De Kooning los pintó en East Hampton, Nueva York. «No fueron gran cosa en su momento», matiza Killen. Sin embargo, han sido objeto de una espectacular revalorización, ya que en una subasta celebrada en Christie’s-Nueva York en 2016 la obra «Sin título XXV» fue vendida por más de 66 millones de dólares.

Willem de Kooning fue un pintor neerlandés nacionalizado estadounidense, exponente en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

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2 comentarios

  1. Jorge
    24 julio, 2018
    Responder

    Suerte que tienen algunos

  2. Elizabeth
    24 julio, 2018
    Responder

    Suerte no, el que no arriesga no gana

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