Conseguir la musa suele ser difícil pero cuando ves a tu alrededor te das cuenta que tienes un sin fin de cosas que te inspiran. Nicanor García arquitecto y fotógrafo, comenzó a retratar el paisaje como parte de su proceso de diseño y pronto se dio cuenta de que, a través de la fotografía, podía contar una gran historia a partir de un solo fotograma. No hay musa más inspiradora que la propia ciudad. Los edificios que permanecen prácticamente imperturbables a lo largo del tiempo se transforman con la luz y cobran nuevas formas según la perspectiva desde la que se les observa.
Nicanor enseña a entrenar su ojo arquitectónico y fotográfico, mostrándoles la ciudad y el entorno desde un punto de vista diferente. Su fotografía se caracteriza por sacar a la luz pequeños detalles que pasan desapercibidos a los viandantes que cada día pasan junto a estos edificios y presentárselo de manera atractiva y sorprendente, de manera que el espectador descubra rincones de su propio lugar con ojos renovados, como si nunca hubiese pasado por ellos. Lo que Nicanor García propone es lanzarse a la calle a disfrutar de la ciudad como lo hacen los niños cuando descubren algo por primera vez o como lo haría un turista hambriento por llenar su álbum de viajes con fotografías de los rincones más bonitos del entorno que visita, capturando el genius loci del lugar.
La fotografía hace que los recuerdos transcienda en los años.
Me gusto la fotografía donde las puertas están de todos colores. 😉