En la Grecia Antigua eran nueve. Aquellas musas a las que Hesíodo dio nombre inspiraban a dramaturgos, científicos y músicos de la época. Conrad Roset tiene las suyas propias y se cuentan por centenas. Con ellas, dice, «busco la belleza que desprende el cuerpo. Me gusta dibujar la figura femenina».
Las primeras surgieron en la etapa universitaria del ilustrador. De hecho asegura que el proyecto nació con el único objetivo de aprobar una asignatura cuando estudiaba Bellas Artes en Barcelona.
El joven Roset comenzó entonces a subir los dibujos de aquellas mujeres a internet al tiempo que comprobaba la excelente acogida entre quienes las descubrían. «A partir de entonces se convirtieron en mi obra más personal».
Fuente: www.yorokobu.es
las bellas artes siempre serán eso.