Extraweg quiere incomodarte y fascinarte con sus animaciones

Antes de retorcer cuerpos de forma virtual, Oliver Latta estudió para hacerlo en el mundo real. Hoy es conocido como Extraweg y sus animaciones de cuerpos flácidos suman cientos de miles de seguidores en las redes sociales; pero hace unos años era simplemente Oliver Latta, un graduado en fisioterapia que vivía en un pequeño pueblo alemán. «Siempre he sido una persona inquieta y creativa con interés en el diseño»,

«pero supongo que me costó encontrar aquello a lo que de verdad quería dedicar mi tiempo».

Lo encontró en la Universidad Bauhaus de Dessau, donde estudió diseño. Lo encontró en Berlín, donde reside en la actualidad. Lo encontró en unos vídeos hipnóticos que lo han convertido en una estrella de Instagram (donde suma más de 240.000 seguidores).

Cuando Extraweg era simplemente Oliver, vivía en Kotten, un pequeño pueblo alemán con «apenas dos calles». Este pueblo, reconoce el diseñador, ha sido una gran influencia en su trabajo y supone una metáfora perfecta de su estilo. Su nombre, Extraweg, se podría traducir como camino o calle extra y representa el motor del trabajo de este diseñador. En un mundo bidireccional, con apenas un par de calles, Oliver Latta ha decidido labrarse un camino propio, un camino poco transitado que hace que sus animaciones puedan producir sentimientos encontrados. «Extraweg es provocación, riesgo, inconformismo, personalidad y actitud», resume el autor.

Sus figuras tienen un brillo genital y una motricidad flácida. Se deslizan con un ritmo viscoso por estructuras tan orgánicas que nos pueden recordar a los rincones más íntimos de nuestro cuerpo. Son tan cercanos, tan grotescos, que producen una sensación híbrida, a medio camino entre la fascinación y el asco. Son el equivalente gráfico a explotarse una espinilla o vaciar un punto negro.

El artista asegura haber disfrutado tanto del proceso como del resultado, pero reconoce que el diseño 3D utilizado en sus vídeos posteriores le ofrece algo que entonces no tenía: total libertad creativa. «Si dominas los programas informáticos, el límite normalmente es tu propia imaginación». Explica. Esta libertad le permite llevar sus mensajes al extremo, crear imágenes potentes y antinaturales.

 

 

 

Fuente: www.yorokobu.es

 

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Giovanni Arreguin Escrito por:

3 comentarios

  1. Jackeline
    28 marzo, 2018
    Responder

    Ya quisiera hacer yo esas animaciones!

  2. Gabriela
    28 marzo, 2018
    Responder

    Muy cool.

  3. lmv_13
    16 abril, 2018
    Responder

    Que incomodo! =Q

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