Hay algo de terapéutico en el hecho de encontrar la pieza correcta y encajarla en el sitio indicado mientras montamos un puzzle. Es uno de los primeros juguetes que nos regalan cuando somos críos y nos ayuda a entrenar la lógica y la observación. El del diseñador alemán Clemens Habicht, sin embargo, requiere especial concentración y atención al detalle.
Se trata de un rompecabezas de 5000 piezas CMYK, sucesor de una versión anterior que contaba «solo» con 1000, en el que la diversión consiste en encontrar el tono exacto de la pieza que queremos colocar y como es lógico, las tonalidades de una misma gama son realmente similares, lo que convierte el puzle en una auténtica locura solo apta para ojos avezados.
El puzle CMYK ha sido todo un éxito y cuenta con diferentes versiones, desde una más sencilla de apenas 100 piezas, pensada para los más inexpertos, hasta el de 5000 piezas, solo apto para diseñadores entrenados en el espectro de color. Pero también existe una versión de 1000 piezas CMYK, otra que incluye medios tonos y otra basada en el opt-art, que incluye puntos de colores sobre la base CMYK.
Paciencia, buen ojo y amor por los colores son los ingredientes indispensables para lograr terminar este puzzle con éxito.
El Puzle CMYK es el reto definitivo para diseñadores y amantes del color.
Oye está como muy difícil no?
Que hermoso! no me imagino el trabajo que debió llevar
se ve precioso
¡Verga creo que es bastante difícil de realizar, es un buen ejercicio!