El artista japonés Akikazu Iwamoto (1973) crea coloridas pinturas y dibujos muy imaginativos, que ofrecen y enfrentan, una visión divertida, pero a la vez aterradora de revelaciones de nuestros deseos más íntimos. Akikazu quedó huérfano muy joven, y fue criado por su abuela en una casa a sólo unos kilómetros de distancia de dónde calló la Cúpula de la Bomba Atómica, en Hiroshima. Las imágenes y los efectos de la bomba, le afectaron en gran medida durante su infancia.
El empuje principal de su obra está basado en un profundo sentimiento general de que el artista cree que la maldad existe en la psique humana de manera inherente. Sus visiones se llevan a cabo en un ambiente integral, libre de las restricciones de la realidad, donde violentamente mutan criaturas, las partes del cuerpo quedan separadas, y las anodinas formas orgánicas se representan como una revelación de una conexión entre la violencia y la inocencia.
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Fuente: http://lamonomagazine.com/
¡Qué ilustraciones tan extrañas! :0
Me dan un poco de inquietud jeje!