No hay nada más gratificante, más puro, más completo, para un diseñador gráfico que hacer un logotipo. Este proceso, es el momento de más responsabilidad para todos los de nuestro gremio, por lo tanto no nos lo podemos tomar a la ligera.
Cuando un cliente pide un logotipo, nos está pidiendo un trabajo como cualquier otro. Está pidiendo que hagas algo que va a llevar puesto mientras su empresa o su marca esté en pie. Algo que le va a representar allí donde vaya. Está pidiendo que le des una idea en lo más profundo de su piel.
Los clientes también deberían de reflexionar. Tienen que pensar muy bien a quien le hacen este encargo, ya que el resultado será su imagen ante el mundo.
Cuántas veces hemos encontrado logotipos hechos por los propios clientes, o hemos visto a otros que dicen: “Que me lo haga X, que no me cobra…”. Algo, tristemente, demasiado común. Si supieran lo importante que es este punto para el buen funcionamiento de su empresa, seguramente se lo replantearían.
A la hora de crear un logotipo debemos de intentar sacar toda la información que podamos sobre el cliente. Hay que saber sus gustos, ya que un logotipo, además de funcionar, tiene que gustar, por lo tanto, no olvides preguntarle cosas como: ¿Cuál es su color preferido? ¿Qué logotipos de otras empresas le gustan? ¿Dónde le gustaría ver plasmado su logotipo?, etc. Con toda esa información podremos trabajar en la mejor opción posible.
Cuando haces un logotipo estas asumiendo un papel de mucha responsabilidad, valoralo, en todos los sentidos, como se debe.
Me encanta realizar logos minimalistas para que puedan adaptarse a cualquier aplicación. Genial!
Los logos deben de poseer un concepto para que puedan perdurar en el tiempo.
Tienen toda la razón, yo como diseñador paso por un proceso de bocetaje para llegar al mejor concepto y arte simplificado.
Estoy realizando un logo y me ha servido de mucho el artículo. Gracias