Tu portafolio como diseñador se convierte en muchas ocasiones la primera impresión sobre ti y los trabajos que has desarrollado representan tu trayectoria y tu formación profesional. Muchas veces es más importante que el mismo currículo, un portafolio habla de quién eres, qué has hecho y el progreso que has llevado. Muestra de lo que eres capaz y en ocasiones hasta parte de tu proceso creativo. Es curioso encontrar buenos diseñadores que pasan desapercibidos por descuidar el portafolio donde hicieron una mala elección de sus trabajos. Ya sea que busques empleo dentro de una agencia, o bien nuevos clientes como freelance es necesario tener en cuenta algunos consejos a la hora de hacer tu portafolio y también aquello que debes evitar.
1. ¿A quién está dirigido tu portafolio?
Define a quién quieres dirigirte, quién te interesa que vea tu portafolio, y pregúntate que es aquello en lo que centrará su atención. No es lo mismo que tu portafolio esté dirigido a un director de arte de una agencia de diseño, pues el lenguaje puede ser más especializado. En cambio si lo que buscas es dirigirte a un posible cliente, es posible que tu estrategia deba encaminarse a la descripción del servicio prestado para el cliente al que realizaste el trabajo. Cualquiera que sea la persona a quien va dirigido tu portafolio, asegúrate de que lo entienda.
2. Sé claro.
Que la creatividad y las posibilidades de las habilidades que has conseguido a través de los años en tu trabajo se reflejen en las muestras de tu portafolio, los diseños anteriores que has podido realizar. Pero que la forma en que los muestras sea clara, no permitas que quien revise tu portafolio desperdicie tiempo que podría ocupar viendo tu trabajo, que averiguando qué es lo que debería estar viendo o cómo pasar a la siguiente muestra (en caso de ser digital). Agrega una descripción del proyecto y no solo de lo que se puede ver en las imágenes.
3. Muestra sólo lo mejor.
Un portafolio no significa mostrar todo lo que has hecho en toda tu carrera como diseñador. Muestra lo mejor, lo más representativo y aquello en lo que te enfocas en la actualidad o aquello en lo que buscas enfocarte. Como diseñadores es posible que por casualidad tengamos una muestra por lo menos de algunas áreas que no hemos vuelto a tocar, eso no significa que seamos expertos en ellas, nuestros próximos clientes no necesitan saber que alguna vez pudimos hacer otra cosa.
4. Haz una versión online
No importa que tengas una versión preparada para tu entrevista o para mostrarla en tu reunión con tus clientes, siempre ten una versión que pueda revisarse online, tus clientes podrán determinar si tu trabajo es lo que buscan y tú te ahorrarás viajes innecesarios. Sin contar el hecho que las posibilidades de que alguien vea tu trabajo se multiplicarán.
5. Actualiza
Mantén actualizado tu portafolio, nunca sabes cuando lo vas a necesitar o quién puede estar revisándolo. Incluye entre tus tareas habituales actualizar tu portafolio, al momento de terminar un proyecto realiza los respaldos que utilizarás para actualizar tu portafolio. Todos sabemos que actualizar un portafolios después de años de no haberlo hecho es una tarea de lo más molesta, por lo mismo hazlo constantemente para que no sea tan tedioso.
6. ¡Muestra tu portafolio!
Y finalmente, una vez que tengas tu portafolio ¡muéstralo! No te servirá de nada si sólo lo tienes guardado en tu disco duro esperando que alguien te lo pida. Inclúyelo con un enlace dentro de tu currículo, crea una firma en tu correo que incluya el enlace. Toma en cuenta estos puntos a la hora de que realices tu portafolio, te ayudarán para lograr mejores resultados, y un punto importante a añadir, pide retroalimentación, opiniones sobre tu trabajo y portafolio, con base en ello podrás cambiar aquello que no te resulte.
¡Suerte con tu portafolio!
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